A veces tan solo es un mal día. ¿Sabes? No todos los días
pueden ser buenos.
¿Qué sería de nosotros si no conociéramos la tristeza?
¿Cómo
reaccionaríamos al ver una lágrima descender por la mejilla?
Todo sería
distinto. Raro. Irreal quizás. Por eso, no podemos vivir siempre de buenos
momentos. Tiene que haber algo que nos diga: eh, estás aquí, sigue adelante. Es
como una alarma que se activa cuando la felicidad sobresale por encima de las
nubes. Es como un aviso para que aflojes. A veces todos esos buenos momentos pasan a ser
malos. A veces la alarma de que sigues aquí es un buen momento para ayudarte a
no derrumbarte. Para avisarte de que lo malo acabará dejando lugar a lo bueno.
A veces, todo es tan complejo. A veces, es mejor no pensar en nada.
A veces, lo
importante es vivir.
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