jueves, 24 de enero de 2013

A veces.





A veces tan solo es un mal día. ¿Sabes? No todos los días pueden ser buenos. 
¿Qué sería de nosotros si no conociéramos la tristeza? 
¿Cómo reaccionaríamos al ver una lágrima descender por la mejilla? 
Todo sería distinto. Raro. Irreal quizás. Por eso, no podemos vivir siempre de buenos momentos. Tiene que haber algo que nos diga: eh, estás aquí, sigue adelante. Es como una alarma que se activa cuando la felicidad sobresale por encima de las nubes. Es como un aviso para que aflojes. A veces todos esos buenos momentos pasan a ser malos. A veces la alarma de que sigues aquí es un buen momento para ayudarte a no derrumbarte.  Para avisarte de que lo malo acabará dejando lugar a lo bueno. 
A veces, todo es tan complejo. A veces, es mejor no pensar en nada. 
A veces, lo importante es vivir.



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